Comer productos locales es bueno para la economía local: Un euro gastado en productos cercanos genera el doble para la economía local.
Los productos son más frescos: Los productos transportados desde grandes distancias pueden haber estado semanas en congeladores.
La comida local sabe mejor: Un producto recolectado en su punto óptimo de maduración tiene mucho más sabor que uno recolectado prematuramente por condicionantes del transporte.
Son mas naturales: Los productos recolectados tradicionalmente cerca de tu casa tienen menos productos para conservarlos y aditivos.
Comer de esta forma reduce emisiones de gases contaminantes: Los medios que transportan los productos de lugares lejanos provocan elevadas emisiones de CO2.
Comemos productos de temporada: Al consumir productos locales automáticamente comemos productos de temporada que son más sanos. Además los productos de temporada son más baratos.
Conoces de donde vienen tus alimentos: Siempre es más reconfortante sentarte a comer sabiendo de donde proceden los productos. Conociendo al panadero, al agricultor, etc. y sabiendo como trabajan.
La comida local es variada: Un agricultor que no produce industrialmente puede dedicarse a producir una variada gama productos.
Impides monopolios que alteran los precios de origen: El 80% de los productos se distribuyen en España por pocas empresas que imponen los precios finales y como se produce. Apoyar a los pequeños productores sirve para luchar contra esto.
Comprando a los productores locales apoyas el desarrollo sostenible de sus tierras y negocios:
Con ingresos dignos los productores locales permanecerán y utilizarán sus recursos generando riqueza y empleo para su comunidad.
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